sábado, 24 de abril de 2010

EN EL BUS, CRONICA COTIDIANA EN EL BARRIO VENECIA



Cuando comienza a caer el día, me doy cuenta que es hora de regresar a casa, de inmediato, trato de salir a la avenida 68, después de todo por allí puedo regresar de una manera más o menos rápida en comparación con otras vías de acceso. Al subir al bus hago la pregunta que por costumbre u obligación realizamos la mayoría de personas, ¿Usted pasa por el puente de Venecia?.

Ante la respuesta afirmativa del conductor, me acomodo a realizar el largo viaje que conducirá hasta mi hogar después de una jornada agotadora de trabajo.

Observo que el bus no se encuentra en muy buenas condiciones para hacer todo el viaje, y más bien parece que puede dejarnos botados a todos los que aquí vamos, pues tiene muchas latas que le suenan, de los asientos de atrás, en algunos lugares van solo los tubos que alguna vez tuvieron  cojines, mientras aquellos que si tienen, muestarn huellas de como algunos vándalos han hecho su propósito, agujeros, en donde tenemos que sentarnos.

El conductor por su parte es un hombre de edad, gordo tal vez por la rutina de su trabajo y está acompañado por otro hombre quien es el que recibe el dinero del pasaje y da las vueltas, tal vez para que el conductor no se desconcentre de su trabajo. Aunque el mismo ayudante por irónico que parezca lo está distrayendo, después de todo los dos van en una charla sobre la última "tomata" del día anterior y lo "perro que es el chacho" que los adelanta en la ruta y no les ha dejado ni un pasajero, como quiera que sea la cosa sigue así, pienso en mi interior, se hacen los varados para dejarnos botados o esperar a que otro de la misma ruta nos haga el "transbordo", si es que pasa y tenemos paciencia para esperarlo.

El viaje como siempre ha sido un poco tedioso, escuchando esos vallenatos y brincando durante todo el camino todos esos huecos, con tan mala suerte que el bus parece no contar con buenos amortiguadores, por que cada vez que coge uno todo el bus parece que fuera a desbaratarse al estrépito de todos sus fierros.
 En medio del recorrido, mientras esperábamos en un semáforo en rojo, un hombre de rostro oscuro, tal vez curtido por el tiempo o por el sol, se acerca al bus y pregunta al conductor si le deja trabajar. El conductor, aunque miente, le dice que ya varias personas se han subido a eso mismo. Sin embargo el hombre, que va vestido de una blusa, ya sucia y va acompañado por un niño insiste:
- Es que ustedes nunca tocan nada de música que le gusta a uno - le dice el conductor al hombre que quiere subir a tocar música al bus.
- Y ¿qué es lo que le gusta a usted, heavy metal? - le dice el humilde hombre, con un tono entre broma y seriedad.
- !No hombre, si vé!, por ejemplo un pasillo - le responde el conductor, mirando al semáforo en espera de que este cambie a verde.
- Bueno, pues déjeme subir y verá que es bueno-
Finalmente el conductor al ver que el semáforo efectivamente ha cambiado, accede y le dice - ! súbase para ver que es lo que toca!.
Con presteza, tanto el hombre como su guitarra como el niño que lo acompaña corren a la parte trasera del bus, y entran para demostrar que es lo que saben hacer.


Al subir me doy cuenta que es un hombre que refleja más sufrimiento del que pudiera esperar, su rostro en efecto está oscurecido, sus ojos brillan pero en una forma un poco melancólica y su cuerpo muy desgarbado podría decir cuanta hambre ha tenido que pasar, lo cubre una camisa sobre la cual tiene camiseta amarilla, ya oscurecida por la suciedad. En sus manos, una desvencijada guitarra, con parches por todos lados, lo cual deja entrever que fué reconstruida de una forma tal como pudo su dueño. Por lo demás posee cuatro de las seis cuerdas que debería poseer.

De inmediato, el hombre comienza a interpretar una canción con aire de tango, el desafine de las cuerdas es disimiulado por la voz y lo pausado de los acordes, como puede ser lógico la letra es de aquellas de desengaño y final triste. La gente que va en la parte delantera del bus, gracias a la disposición de las sillas se miran unas a otras como queriendo expresar que después de todo no lo hace tan mal y ha sido un poco de suerte la que le ha faltado al intérprete para tener una mejor vida. Con ganas, el hombre rasga las cuerdas de la guitarra, mostrándo a su público su afán de interpretar un buen ritmo. Cuando acaba se aplaude a si mismo y tomando aire comienza a interpretar una de esas canciones de aire popular, entre carrilera y mexicana, esta vez con el acompañamiento de la voz del niño, que entre acordes lanza gritos como es típico de estas canciones.

Con aire de pesar el hombre una vez termina. Comienza a contar  sus triste historia: Señoras y señores, espero no intrrumpirlos a aquellos que están escuchando la radio o en su meditación a aquellos que están meditando.-

Mientras dice esto el bus tiene que frenar, por que otro bus le ha adelantado sin pedir vía y en un acto instantáneo el conductor frena con el fin de no estrellarse ante la imprudencia del otro conductor.
El hombre que está hablando, tal vez acostumbrado, hace silencio y se agarra tan fuerte como puede y queda sujeto a las barras del techo, con tan sólo una mano y muestra en su rostro el dolor inexpresable que la maniobra le debe haber causado. Con frialdad, mira hacia delante y continua su triste historia:

Espero les haya gustado las dos canciones que hemos interpretado, nosotros no somos de aquí venimos del sur de Boyacá por lo dificil que está la situación, hay muchas necesidades. Pero sabemos que sin tener que robarle a nadie podemos salir adelante...gracias por la colaboración que puedan brindarnos. ! Cualquier monedita es ayuda ! . - termina diciendo

El niño pasa entonces por cada puesto, su rostro no es ya la de un niño ingenuo, sino todo lo contrario, la de un ser que ha pasado los mismos sufrimientos de su acompañante, tal vez pudiera afirmarse, aunque sin certeza, su padre o algún familiar. Con una mirada ansiosa, va recibiendo las monedas de unos pocos que deciden ayudar y que estan a su vez prestos a su bajada. Ya estamos cerca de los puentes de venecia.

En efecto parecn divisarse a lo lejos los puentes de Venecia, me doy cuenta que ya falta poco para llegar al barrio Fatima, a casa. Sin embargo la hora quizás impida llegar tan rápido como pudiera esperarse, pues al mismo tiempo se empieza a ver la larga fila de buses blancos que empiezan a formar el monumental trancón que es característico debajo de los puentes de Venecia a esta hora, casi las seis de la tarde.

Mientras estamos en el trancón, el conductor aprovecha y al observar la señora que vende frutas la silba, para que acuda a su llamado. La señora de inmediato, acude a la ventana del conductor y le pregunta que quiere. El conductor le pregunta si tiene trozos de mango viche con sal. Por supuesto que la señora tenía de eso, además en su carrito de madera, que estaba apoyado en dos llantas de carro: salpicón, rebanadas de piña, coco envuelto en bolsitas transparentes, mangos sin pelar y hasta manzanas. La bolsa de tajadas de mango que la señora le vende al conductor va tambien envuelta en bolsas y lleva además un palillo, para que con este se puedan deleitar una a una los trozos que han sido salados con anterioridad.

A medida que avanza el bus, entramos a la parte comercil del barrio Venecia. Desde la ventana se pueden observar la multitud de comerciantes se aposta cerca de la avenida, en sus andenes, siempre pendientes que no venga la policía a hacerles algún decomiso o ha llevárselos para la estación como ha ocurrido en muchos lugares dondequiera que haya vendedores ambulantes. Quienes no tiene ningún inconveniente en cargar su mercancía en maletines, mantas de tela, cajas de cartón, o cualquier cosa que disimule y que permite la rápida huida en caso de presentarse alguna situación adversa.


Hemos avanzado ya unas cuadras, el conductor tiene entonces que orillarse por cuanto escucha el timbre en la parte posterior del bus. Una vez se han terminado de bajar, un niño que siempre se hace en los andenes del barrio con su "cajita de frunas", corre y se sube al bus, tán rapido como puede sin que el conductor pueda aún cerrar la puerta. Tal vez este niño haya tenido oportunidad de pedirle permiso al conductor, pero como pudo haberle pasado ya en muchas ocasiones, es de imaginar, ellos, los conductores, le responden: ! No, porque se acabaron de subir !. Algunas veces ellos dicen la verdad pero la mayoría de casos lo hacen para salir de la situación y no dar la negativa de una forma directa. 

Este niño, quizas a lo sumo de 6 años, comienza a repartir en las manos de aquellos que van sentados en el bus los paqueticos de "frunas", la mayoría los recibe sin importan si lo van a comprar o no. Cuando acaba de repartir de atras hacia adelante, comienza a decir, un discurso un tanto similar al recitado anteriormente, con ligeras modificaciones:

"Damas y caballeros, me disculpan si vengo a interrumpirlos en su conversación o aquellos que están pensando. En el día de hoy les vengo trayendo estos paqueticos de "frunas", por un costo y un valor de tan solo 200 pesos, para mayor economía tres en 500. Agradezco a las personas de buena voluntad que quieran ayudarme llevan uno o tres paqueticos. No olviden, uno en 200 y tres en 500."

Dentro de la gente que le escucha, ya acostumbrada a este tipo de discursos, algunos deciden, más que por las ganas de consumir el producto con un poco de pesar, comprar uno y hasta lo tres paquetes. El niño recoge rápidamente la mercancía y baja del bus tan veloz como lo hizo para subir.

Esta vez el trancón está un poco más pesado de lo normal, la razón una estrellada más adelante, entre dos buses, en una situación muy similar a la que casi vivimos cuando el señor de la guitarra estaba tocando tango. Como la calle es un poco angosta, pues tan solo dos carriles, tres si uno se descuida y casi atropellando a los peatones que esperan el bus. Entonces el flujo de vhículos se tiene que estrangular a un solo carril haciendo más lenta y tortuosa la situación.

Como es típico en estos casos, esta vez no hay policías de transito que ayuden a resolver la discusión sobre "quien tuvo la culpa", ni para mover los vehiculos que obstaculizan la vía.
Es tal el flujo de vehículos, que la escena se torna en un concierto de pitos de los carros que pelean, en su afán de entrar al carril que ahún circula. El desorden y la apariencia de caos es total.

Tal vez mañana, cuando regrese la situación sea distinta, porque el día de hoy nos ha costado casi 20 minutos en pasar este sector.










viernes, 23 de abril de 2010

BIENAL DE VENECIA



El interes de los habitantes del barrio Venecia de no quedar rezagados en el campo educativo, no sólo se ha enfocado hacia la educación formal para las juventudes, con la promoción y creación de las instituciones eductivas con las que cuenta hoy la comunidad. Si no que ha sido enfocada hacia la formación de un ser integral tanto para los jóvenes como para los adultos, sin impotar tampoco si aquellos que pueden participar pertenecen o son moradores del sector.

Es decir que se han mostrado como una comunidad abierta no solo a su localidad sino a la ciudad, prueva de ello son los siguientes relatos, los cuales muestran las diferentes facetas de esa comunidad de su afán de promoción de un ser integral que acoge las ideas y las lleva hasta su ejecución.



A las puertas de la comunidad acude un joven que para muchos podría tildarse de alocado, para otros de diferente y quizas para muchos hasta les sea indiferente. Sin embargo lo que el muchacho lleva en mente es solucionar lo que hasta ahora ha sido un problema de imaginación, porque después de todo "no siempre se necesita visa y pasaporte para llegar a la ciudad de Venecia Y asistir a su Bienal de arte". Por que después de todo y antes de prestarse a cualquier malinterpretación lo que hasta ahora el joven ha propuesto no es una invitación a la inmigración ilegal, sino todo lo contrario "Una propuesta muy legal. Es tan sencillo como tomar un bus por la caracas u otro por la carrera treinta".

Tampoco es dificil según este joven conocer a los artistas que participan en el bienal de Venecia, y ahunque estos pudieran ser de renombre internacional y no tener el suficiente tiempo como para presentarse ante los bogotanos. Ni siquiera es dificil para los artistas estar en la bienal de Venecia, porque no hay complicación con los documentos que hay que presentar para ir a la ciudad italiana. Todo lo que este joven, llamado Franklin Aguirre, ha propuesto es realizar un experimento, un juego mental: que los artistas bogotanos expongan su arte en Venecia...En el barrio Venecia de Bogotá.

Por eso la propuesta de realizar cada 11 de Octubre y cada dos años un evento en el cual participaran artistas de talento joven y mucha iniciativa ncontró cabida ante la Junta de Acción Comunal del barrio Venecia.

Por eso, aquellos bogotanos que en algun ocasión soñaron con visitar el Bienal de Venecia, uno de los eventos más importantes a nivel internacional, pueden realizar su sueño. Claro debe estar que para ello solo basta sumarse a este juego mental y hacerlo a escala local.

Ahunque no se contó con góndolas ni con paseos románticos bajo el puente delos suspiros lo más pareciso está en pasar por debajo de los puentes de Venecia contando con un dia lluvioso.

Franklin Aguirre y su grupo de trabajo de la Universidad Nacional, el colectivo Matracas, decidieron realizar una elaboración racional del dicho que reza: "Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma va a la montaña" así de esta forma y como él lo manifiesta: "Debido a que para cualquier artista es dificil conseguir un espacio en el Bienal de Venecia, asi como para cualquier ciudadano común, hay que buscar una solución".




El colectivo Matracas valga aclarar es un grupo multidiciplinario de estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia que han venido desarrollando un trabajo de intervención artística n varias comunidades. 
Pero el proyecto propuesto fue más ambicioso pues pretendía: "intervenir en la vida cotidiana a través del arte" aunque es triste admitir que los espacios para ellos son muy pocos y lo son aún mas en una ciudad como Bogotá.

Otro argumento de Franklin da para justificar el hecho de la propuesta es que "muchas de estas obras no tienen como referente a este tipo de comunidades". Como manifestó después: "Jugando con este razonamiento se nos ocurrió realizar algo similar al Bienal de Venecia y a la fecha de octubre de 1995 tenerlo en su primera versión".

Luego de proponer y ser aprobado por la Junta de Acción Comunal del barrio Venecia igualmente se lanzo el reto aun grupo de artistas jóvenes, para de esta forma así realizar la exposición.


   

CENTRO VECINAL PABLO DE TARSO



Hacia el año de 1970, siendo alcalde de la ciudad el Dr. Palacio Rudas, por intermedio de la Junta de Acción Comunal, el gobierno distrital decidió construir un jardín infantil dependiente en forma directa del distrito. El cual tenía como población objetivo, la infantil.

La obra fue inaugurada por el Presidente de la República Dr. Alfonso López Michelsen y su señora esposa, con la asistencia de los señores Gaitán Mahecha y Luis Prieto Campo como representantes de la arquidiócesis y del distrito respectivamente.


La comunidad pronto encontró una valiosa ayuda y poco después gracias a las ideas innovadoras de algunos miembros de la Junta de Acción Comunal de ese entonces se sugirió al distrito que se aumentara la cobertura, es decir se agregara una nueva población objetivo. Fue así como al cabo de unos años se implementaron algunos planes para la atención de adultos de la tercera edad, que en su mayoría eran jubilados y no eran conscientes de los útiles que podrían llegar a ser a dicha edad para sus familias.

Poco después debido al "éxito" de la implementación de dichos planes se abrió uno más reciente: El programa de capacitación comunitaria.




La  historia del centro es una serie de triunfos que han posibilitado no sólo a habitantes del barrio Venecia sino a los de sectores aledaños de la localidad e incluso fuera de ella (como es el ejemplo de gente de Bosa) a valorar mejor sus vidas (en el caso de ancianos), realizar actividades que aportan y pueden constituirse en pequeños negocios (a quienes participan de los programas de capacitación comunitaria) y a desarrollar sus actividades diarias sin prejuicio para sus menores hijos (en el caso de los beneficiados por las guarderías).


La organización actual del centro,  es en los denominados Centros Operativos Locales (COL) que para nuestro caso corresponde a Tunjuelito.
La personas mas directamente vinculadas se encuentran en los denominados Centros de Desarrollo que son en realidad las unidades operativas encargadas de implementar e impartir los planes establecidos por el distrito, en cabeza de la COL. Las poblaciones a las cuales están encaminadas han ampliado enormemente su espectro, se pueden mencionar:

  • Niños
  • Jóvenes
  • Adultos de la tercera edad
  • Madres gestantes
  • Madres lactantes (hasta los 4 meses)
En el centro también se otorgan becas, pese a que existen costos que por lo general son bajos. Estos son también formas auxiliares de ayuda a los menos favorecidos, que es en general la población a la cual se encuentra enfocado el centro.
Dentro del Programa de Capacitación Técnica que tienen abierto para la comunidad en general se transcriben literalmente los módulos que se ofrecen, de acuerdo a un volante de divulgación a la comunidad:

  • Panadería
  • Cocina
  • Tejidos a mano
  • Pintura en tela
  • Cajas decorativas
  • Floristeria
  • Cosmetología
  • Mostearía
  • Corsetería
  • Moños y empaques
  • Balcones: Talla en balso
  • Pastillaje: Elaboración de arreglos, tortas y cubiertas
  • Marquetería
  • Decoración cerámica
  • Lencería
  • Juguetería en peluche
  • Marroquinería
  • Manejo de máquina plana
  • Porcelanicron
  • Guitarra
  • Gimnasia
  • Talleres de música popular Defensa Personal
  • Aeróbicos
  • Atención a tercera edad



Dentro de los más representativo del trabajo que ha hecho el Centro Vecinal en la población infantil y de Danzas, se encuentran la creación de grupos de Danza, Teatro, Música y Títeres. Que como grupos de trabajo han aportado y mostrado su talento en presentaciones en el Salón de la Junta de Acción Comunal. También han participado en eventos de divulgación cultural a nivel de la ciudad como la Bienal de Venecia, en la cual han demostrado diversas facetas de trabajo.



VISITA DEL PAPA PABLO VI



Por aquella época faltando muy poco para la visita del Papa al barrio, el diario el Tiempo decidió entrevistar al párroco de la iglesia Santa Cecilia, y retrata como era el barrio en 1968, año de la visita de Su Santidad.
"Este barrio es una construcción de ladrillo, lo que nosotros decimos en nuestra jerga colombiana, a lo machetero".
"El barrio cuenta con una junta parroquial compuesta por seis sectores, cada sector cuenta con 9 personas, ellos son los que han trabajado en el enbellecimiento del barrio y en los otros preparativos para la visita del Papa el proximo sábado".

Finalmente el padre confiesa que no ha tenido tiempo para visitar la barriada casa por casa por casa y calcula que necesitaria cerca de 3 años para realizar dicha labor pastoral. Lo cual nos daría una idea del tamaño del barrio en dicha época.



EL DIA DE LA VISITA


Mientras Su Santidad Pablo VI se encontraba en el Nuncio Apostólico en el centro de la ciudad, hacias las 3 de la madrugada del sabado 28 de agosto de 1968 centenares de personas procedentes de muchas partes de Bogotá y de Colombia empezaron a reunirse en la plaza de la parroquia de Venecia y sus alrededores gusrdando una verdadera y paciente vigilia.
Llegadas las 7 de la mañana, mientras Su Santidad aún continuaba eb la Nunciatura Apostólica, el barrio Venecia se encontraba poblado en general por personas de escasos recursos económicos que esperaban con fervor la llegada del Papa.

Su Santidad Pablo VI llega al barrio Venecia hacia las 8:20 a.m. El emocionante espectáculo de pañuelos blancos se apoderaba de la parroquia que esta en su totalidad llena de gente.
Pablo VI hace entonces hace su estrada a la plaza principal, que como fondo tiene la parte trasera de la parroquia de Santa Cecilia. Se dirigió hasta la puerta principal y entro al templo a bendecir y a saludar los enfermos. Ancianos en camillas, paralíticos en sillas de ruedas y en muletas, niños en iguales circustancias que levantaron sus cuerpos y extendieron sus manos al entrar el sumo pontífice.

Una vez entró a la parroquia le fué presentado el joven párroco Jaime Sanchéz, hombre de 30 años que había sido ordenado como sacerdote en el año de 1963 y fue enviado al barrio Venecia en mayo de 1967, Su Santidad felicitó varias veces al párroco e incluso lo hizo públicamente durante la homilía.

La misa fué oficiada en su totalidad por el Santo Padre, durante algunos lapsos estuvo ayudado por seis párrocos de los barrios vecinos. Por sorprendente que paresca la misa no fue ociciada en un altar de mármol como podría esperarse ante tan grande dignidad sino por el contrario fué un altar construido en madera especialmente para la ocasión. Tan sólo un Cristo de madera pendía de la pared blanca del templo, además 4 cirios y una copa de cristal y dos macetas de orquídeas en cestas de mimbre eran las únicas flores que había en la base de madera.


Nueve nños e igual número de niñas vestidos de franciscanos y de teresitas, de color crema, recibieron junto con sus respectivos padres la comunión. Yendo al altar en grupos de tres. Una vez terminada la eucaristía Su Santidad paso a la parte posterior de la iglesia para desayunar, como lo había dispuesto con los padres de los niños a las cuales había dado la comunión. Ellos eran 18 padres de familia procedentes de barrios obreros de Bogotá. Este simbólico desayuno era la primera comida recibida por el pontífice fuera de su residencia. El Nuncio Apostólico fue acompañado por Monseñor Aníbal Muñoz y por el párroco de la iglesia.
Se sento en la misma mesa con los sencillos obreros bogotanos a quienes sirvieron las religiosas que habitualmente atendían los menesteres domésticos en esta sencilla capilla.
El desayuno servido al pontífice consistío de una taza de caldo con pandeyucas y café y el mismo menú fué servido a todos en una vajilla regalada por pedernal Corona.

El deseo del Santo Padre por recorrer el barrio una vez finalizada la eucaristía no estaba incluida en el programa oficial pero fué una demostración más de su sincero amor por los pobres. Lágrimas y gritos de júbilo y multitud de aplausos fueron expresados ante tan noble gesto.

Su figura menuda y frágil aunque imponente descendió lentamente del vehículo, para sorpresa de muchos aún incluso el personal de escolta, para penetrar en forma sorpresiva en una casa en donde residían tres familias y luego repitió el mismo ritual en otra casa en donde vivian dos familias pobres, pero muy sencillas de trabajadores. La primera casa permaneció cinco minutos en la cual vivián los matrimonios: El de Miguel Pinzón, el de Benjamón Romero y el de Carlos Eduardo Martínez. Allí hubo sorpresas para todos, incluso para el Papa al encontrar al interior de dicha casa cerca de 25 personas en el momento de la visita. El Sumo Pontífice bendijo a las 25 personas presentes e incluso la casa, ademas de ofrecer 2 Cristos y 2 medallas.

Abordó nuevamente el campero y continuo su recorrido por las polvorientas calles y se presentó a otra humilde casa: La de Jaime y la de Rafaél Liévano quienes vivian con sus esposas, sus hijos y su madre, doña María de Liévano. En ese momento había un total de 16 personas. En esa misma casa, en el segundo piso y de pies sobre una cama mirando hacia la calle, impartió la bendición a los allí congregados.

En estas frases resumieron las cinco familias privilegiadas que recibieron la visita papal toda su alegría: "Para nosotros, manifestaron luego las dos familias, es lo más grande que nos ha podido pasar, nunca olvidaremos estos momentos y cada día nos esforzaremos más por tener un hogar felíz"




Busto de Su Santidad Pablo VI, en conmemoración de su visita





LA MÁS GRANDE VISITA AL BARRIO



En el año de 1968, siendo alcalde de Bogotá el Dr. Virgilio Barco Vargas se informó a la comunidad del barrio Venecia que había sido escogido como el barrio al cual visitaría su Santidad Pablo VI con motivo de la celebración del Congreso Eucarístico Latinoamericano. Quedó establecido posteriormente que fué una comisión del clero junto con el alcalde de la ciudad quienes escogieron al barrio.

Dicha elección se debió a que el barrio constituía clara "representación de la clase trabajadora latinoamericana" (palabras del Monseñor Anibal Muñoz Duque) para ese entonces esta sería la primera visita de un Papa a tierras latinoamericanas por lo cual el suceso en si mismo fué extraordinario y ampliamente divulgado en los medios de comunicación a nivel nacional y por su puesto internacional.

De inmediato la comunidad enterada del suceso, se organizó y creó un comite de mejoramiento que se encargó de mejorar la fachada de las casas, realizar la arborización del sector, y en general arreglo en las vias, limpieza de la zona, entre otros. Para lo cual contó con la colaboración del Gobierno Distrital.

Formalmente se anunció que el 24 de agosto de 1968 sería la visita del santo padre. Como recuerdos de este memorable suceso se tienen la construcción de una enorme tarima en la parte trasera de la iglesia, donde actualmente se encuentran la cancha de fútbol, el hecho de que el Papa oficiara uan misa a más de 100000 personas, en su gran mayoría ajenas al sector ero no por ello gratas a la comunidad y la visita de Su Santidad al barrio y a dos humildes casa del sector. 

SIMPATIAS POLÍTICAS



Como es bien sabido una de las características de los barrios populares o también llamados de clase obrera o trabajadora a finales de la década de los 60 e inicios de la década de los 70 fué su simpatía por el partido ANAPO ( partido político colombiano fundado como movimiento en 1961 por el ex presidente General Gustavo Rojas Pinilla y desaparecido en 1998. Varios de sus dirigentes y militantes hacen parte hoy del partido de izquierda Polo Democrático Alternativo).

Sin embargo y como cosa curiosa, mientras todos los barrios aledaños al barrio Venecia: Muzú, Delicias, Fátima entre otros, manifiestan de una forma abierta a su simpatía por el partido por otro lado con un toque de neutralidad la comunidad del barrio Venecia no lo hacía. Pese a todo esto fué  la Junta de Acción Comunal por intermedio del Concejo de Junta de Teléfonos de la E.T.B. y su presidenta: María Eugenia Rojas, miembro activa de la ANAPO, que se consiguió para el barrio la instalación de mas de 1500 líneas telefónicas que llegaron a reemplazar lo que hasta entonces habiá sido un servicio tan deficiente como lo es hoy en día los servicios de agua y alcantarillado para muchos barrios de Bogotá.

Don Armando Dupont Ávila en su último período como presidente de la junta de Acción Comunal (1985-1990), junto con sus asesores consiguieron para el barrio la construcción del Salón de la Junta de Acción Comunal mas grande Bogotá, aún hoy en la actualidad. Con una capacidad de más o menos 1500 personas.
Claro está que para ello se tuvo que contar con ciertos auxilios de concejales, el apoyo del Departamento Administrativo de Acción Comunal Distrital y el Gobierno Distrital quien donó los terrenos donde sería construido. Estamos hablando de 1988.



LA CREACIÓN DE LA JUNTA DE ACCIÓN COMUNAL



Hacia el año de 1965 y con el fin de organizar los esfuerzos en procura de mejorar las condiciones de vida de los habitantes se creó la Junta de Acción Comunal del barrio Venecia, con personería jurídica Minjusticia 1881 del 5 de junio de 1967, que estaba conformada por:
Don Armando Dupont Ávila (Presidente), Manuel Carrillo (Vicepresidente, fallecido), Teodoro de J. Becerra (Secretario General), Miguel Ramírez (Tesorero), Francisco Elías Barbosa (Fiscal), Joaquín Chavez (Secretario Ejecutivo) y como vocales (suplentes) estaban: Gabriel Valenzuela, Manuel J Blum, Flaminio Rubio, Misael Infante entre otros.


A primera vista da la impresión que para ser la primera junta de acción comunal creada en el barrio Venecia y por el hecho de ser un barrio tan joven estaba muy bien organizada, con cada cargo claramente determinado lo cual a su vez nos da cuenta de los ambiciosos que iban a ser sus logros a favor de la comunidad.

EL PRIMER LOGRO

En efecto hacia el año de 1967 ante la falta de locales escolares donde impartir educación a la enorme cantidad de jóvenes habitantes del barrio Venecia, la junta de Acción Comunal en una tarea de mucha iniciativa, sin contar con presupuesto y casi pudiera decirse sin contar con ayuda del Gobierno Distrital organizó el primer plantel educativo del barrio Venecia: El Colegio Cooperativo de Venecia.
Dicho colegio contó con la personería jurídica # 00106 del 9 de febrero de 1968.
A pesar de ser un colegio recién  creado comenzó con 271 alumnos, quienes estudiaban en dos jornadas. Lo cual da cuenta por si mismo lo necesario que era para la comunidad la creación de dicha institución.
Su lema, sigue aún tan vigente: "Cooperación, Patria y Libertad".
En sus comienzos funcionó con 15 profesores y 5 empleados administrativos en dos jornadas diurnas: mañana y tarde.





En la actualidad este colegio ha dado el título de bachiller a mas de 5000 jóvenes del barrio y sectores aledaños, dentro de los cuales se encuentran ingenieros, arquitectos, militares, economistas y en fin multitud de profesionales. Obra que no hubiera sido posible sino es por la iniciativa de la Junta de Acción Comunal que mediante el sistema de cooperativa pagaba los sueldos de los profesores.
Poco después el Ministerio de Educación Nacional constató la calidad educativa del plantel otorgándole la aprobación MEN según resolución # 2838 de septiembre 27 de 1968. De esta manera se amplio la educación en la institución a primaria y bachillerato básico.

En 1977, se implementó el bachillerato nocturno para adultos y en 1984 el bachillerato comercial.

Durante sus cuarenta años de existencia el Colegio ha estado vinculado al desarrollo comunitario impulsando o apoyando proyectos con instituciones como el Comité local de educación, la Asociación de comerciantes de Venecia-ACOVE-, las Juntas Administradoras Locales, la Junta de Acción Comunal del barrio Venecia, la Asociación de Colegios Privados de la Localidad de Tunjuelito y la Asociación para el Avance de la Ciencia-Centro de Atención Comunitario Pablo de Tarso, entre otros.